El tercer desafío (lee el primero y el segundo ) de la iglesia evangélica latinoamericana es que debe concentrarse más en Cristo que en atacar las diferencias con otras denominaciones o confesiones cristianas. Aquí agregaría un "excepto" para referirme a las sectas y a las que el apóstol Pablo llamaba doctrinas de demonios enseñadas por quienes apostatarían de la fe personas que tendrían cauterizada su conciencia. Esto implica reconocer al enemigo y escoger las batallas. Y no obstante que es importante denunciar la mentira, como evangélicos nuestras energías deben estar puestas en hablar de Cristo, glorificar a Cristo y mostrar a Cristo. Esto es un desafío en tiempos en los que hay otras prioridades. Una de ellas es desacreditar a otros grupos y esto consume muchas energías y tiempo, sobre todo en los grupos cristianos de Facebook. Se confunde extender el reino con metas organizacionales, denominacionales e institucionales; en otras palabras, abrir más puntos de reunió
Espacio de reflexión teológica cuyo resultado facilite a nuestras iglesias evangélicas latinoamericanas que nuestro Hacer Iglesia sea resultado de un Ser Iglesia cristocéntrico, bíblico y contextual que redunde en ser luz y sal donde hemos sido sembradas para cumplir así nuestra misión.